La
pregunta por la relación entre individuo y sociedad desencadena a partir del
siglo XIX la necesidad de una descripción comprensiva de la sociedad como un
todo articulado. Es, precisamente, en este contexto donde se configura el
paradigma holista como forma originaria del pensamiento sociológico
A esta necesidad responden las teorías
macro-sociológicas que, como en el caso de Weber, Marx, Durkheim o Parsons,
tratan de explicar la sociedad como un objeto de estudio diferenciado sobre la
base de un amplio sistema teórico que, característicamente, se articula sobre
un concepto o fenómeno central (la racionalidad instrumental, las relaciones de
producción, la estructura normativa o la interdependencia funcional, por
ejemplo).
Decimos
que resulta significativo por un doble motivo:
a)
Porque las sociedades desarrolladas contemporáneas sólo son comprensibles desde
el acceso a sus sistemas de comunicación
b)
Porque el fenómeno comunicativo involucra simultáneamente la individualidad y
la colectividad, la acción y la estructura, la intencionalidad y la
aleatoriedad.
Así,
en adelante, prestaremos atención a tres modelos teóricos macrosociológicos
que, de una forma u otra, articulan su comprensión de la sociedad sobre el
fenómeno de la comunicación.
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